Nos alejamos miles de kilómetros,
navegamos siglos y muertes
para encontrarlo y ser correspondidos
fuimos esclavos de esa no presencia
Fuimos esclavos de la no presencia
pero ésta ya está muerta.
El dios-hombre ahora ocupa su lugar,
pero en su antropocentrismo
sigue caminando invidente,
sin poder entender
que es a él mismo a quién no encuentra
dios esta muerto y Nietzsche también,
dios esta muerto y Nietzsche también.
El camino interno es intenso y es oscuro
no existe más nada fuera de tu abstracción.
Este paradigma obsoleto es suicida
nos autoexcluímos del sistema natural.